"LA CRIANZA HUMANIZADA"
Paula Andrea Henao Mejía
Pediatra
Juan Carlos
Amaya Mira*, Edward Andrés Garzón León*, Héctor Alejandro Ramírez Barrera*, Carolina García Restrepo*, Carolina Giraldo Santa*, Carolina Manrique Amorocho*
*Estudiantes de Medicina Universidad de Antioquia.
La explotación y el abuso sexual infantil es un fenómeno internacional
que se da en casi todas las culturas, independientemente de su ideología o
riqueza material. El Informe de la Organización Mundial para la Salud sobre
Violencia y Salud (2002) declara que aproximadamente veinte de cada cien
mujeres y cinco a diez de cada cien hombres han sufrido abusos sexuales durante
su niñez o adolescencia.
En Colombia se
reportaron en 2009, según el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses,
18.238 casos de abuso sexual, entre los cuales el grupo de edad de 10-14 años es
el más afectado con 7.317 casos (40%), el grupo de 5-9 años con 5.585 (30,6%), el
de nacimiento a 4 años con 2.939 (16%), y el de 15-17 años con 2.397 (13%). Es
necesario entender que estos son los casos denunciados, que se constituyen en lo
visible de una problemática real y aterradora para la niñez y la adolescencia.
¿Qué es el abuso sexual infantil?
Es la utilización de un niño, niña o
adolescente por parte de un adulto, hombre o mujer, cinco años mayor que la
víctima, en posición de responsabilidad, confianza o poder, para la
satisfacción sexual de sí mismo o de otros, utilizando la fuerza, la amenaza,
el chantaje emocional o económico, los engaños, la presión o la autoridad
económica o afectiva.
¿Cuáles son los tipos de abuso sexual?
Generalmente los agresores empiezan con
juegos que la víctima no entiende y van incluyendo en ellos besos, caricias y
en algunos casos penetración sexual, después de lo cual hacen sentir al niño, niña
o adolescente culpable de la situación obligándolo así a guardar silencio. Se
deben reconocer, entonces, dos tipos claros de abuso:
·
Con contacto: se lleva a cabo
mediante contacto sexual directo con el cuerpo de la víctima, quien es tocada o
presionada para tocar al adulto victimario
·
Sin contacto: quien comete el abuso
no tiene contacto directo con el cuerpo de la víctima, sino que sustituye lo
anterior por un acercamiento visual
Entre los abusos
sexuales con contacto físico se pueden mencionar:
- Masturbar a la
víctima u obligarla a masturbar al victimario
- Tocar los
genitales de la víctima con el fin de conseguir placer
- Dar besos de
carácter sexual en cualquier parte de la víctima u obligar a esta a
hacerlo al victimario
- Penetrar anal,
oral o vaginalmente a la víctima con los dedos o con el pene
Entre los abusos
sexuales sin contacto físico se pueden mencionar:
- Hacer
comentarios sexuales frente a la víctima
- Obligar a la
víctima a mostrar sus genitales o a ver los del victimario
- Masturbarse
ante la víctima u obligarla a que se masturbe frente al victimario
- Mostrarle a la
víctima revistas, fotos o películas pornográficas
- Tener
relaciones sexuales en presencia de la víctima
¿Quiénes pueden ser víctimas de abuso sexual?
Cualquier persona, hombre o mujer en
cualquier etapa de su vida puede ser víctima de alguna forma de violencia
sexual, sin discriminación por cultura, religión, raza, clase social o
capacidad económica, pero es necesario tener en cuenta que los niños, niñas y
adolescentes son el grupo de población más vulnerable dado que su capacidad
física y cognitiva no es igual a la de quien comete el abuso.
¿Quiénes pueden ser abusadores sexuales?
Los abusadores sexuales no poseen
características que los distingan del resto de las personas. Suelen mantener la
fachada de un comportamiento impecable y ser apreciados en su comunidad. Una
característica es su facilidad para establecer empatía con los niños, niñas y
adolescentes, la cual también la tienen muchas personas que no son abusadores
sexuales.
¿En dónde puede ocurrir el abuso sexual
infantil?
Puede ocurrir dentro o fuera del hogar,
inclusive en el ciberespacio (ciberabuso),
con la siguiente clasificación:
·
Intrafamiliar: el abuso es cometido
por un miembro de la familia. Los victimarios pueden ser padres, madres, padrastros,
hermanos mayores, abuelos, tíos y otros familiares. Es el que ocurre en la
mayoría de los casos (hasta el 80%) y, a su vez, dada la cercanía, confianza,
cariño y dependencia facilita que el abuso se dé por más tiempo. Solo 2% de los
casos se conocen en el momento cercano en que ocurren y la revelación, cuando
la hay, suele ocurrir meses o años después
·
Extrafamiliar: el abusador es una persona
ajena a la familia, como por ejemplo amigos, cuidadores, vecinos, maestros y
desconocidos
¿Cuáles situaciones facilitan que haya abuso
sexual infantil?
Los niños, niñas y adolescentes más propensos
a ser víctimas de abuso sexual son:
·
Los que tienen discapacidad física o mental
·
Aquellos con baja autoestima
·
Los huérfanos o abandonados
·
Los desplazados
·
Los que viven en hogares con poco amor
·
Los que pertenecen a familias en las que se dependa económicamente de
quien comete el abuso
·
Los que permanecen mucho tiempo solos
·
Aquellos en cuya familia hay historia previa de abuso sexual infantil
·
Los que viven en familias con falta de comunicación entre sus miembros
·
Los que viven en familias con gran hacinamiento
·
Los de familias con ausencia de uno de los padres o presencia de
padrastro
·
Los de familias en las que la violencia intrafamiliar es el modo
principal de comunicación
·
Los de familias con escasas información y vivencia acerca de prácticas
sexuales adecuadas
·
Los de familias con disfunciones sociales graves por desempleo, abuso de
alcohol o drogas
¿Cómo detectar que ha habido abuso sexual
infantil?
Hay indicadores físicos, comportamentales y
en la esfera sexual que pueden hacer pensar que un niño, niña o adolescente
está siendo sometido a abuso.
Como indicadores
físicos puede haber los siguientes:
·
Dolor, sangrado, molestias, mal olor o lesiones en el área genital o
anal
·
Moretones en el cuerpo
·
Ropa interior manchada, rasgada o ensangrentada
·
Pérdida del control de esfínteres si ya se tenía (se vuelve a orinar o
defecar en la cama o en la ropa)
·
Infecciones urinarias frecuentes
·
Infecciones de transmisión sexual
·
Dificultad para caminar o sentarse
·
Embarazo
Es necesario aclarar que solo en la minoría de los casos de abusos
sexuales quedan marcas físicas y algunas de las anteriores pueden ser originadas
por otras causas diferentes al abuso.
Como indicadores comportamentales
puede haber los siguientes:
·
Conductas agresivas, fugas o acciones delictivas
·
Llanto frecuente
·
Cambios bruscos en el estado de ánimo
·
Problemas escolares o rechazo a la escuela
·
Tendencia al secretismo (actuar en secreto con respecto a lo que debe
manifestarse)
·
Fantasías o conductas regresivas (chuparse el dedo, orinarse o defecarse
en la ropa o en la cama)
·
Temor hacia algunas personas
·
Conductas autodestructivas
·
Tristeza y depresión sin causa aparente
·
Resistencia a desnudarse o bañarse
·
Temor a ir sin compañía a la cama o al baño
·
Miedo a aceptar la compañía de alguna persona en especial
·
Dificultad para expresar sentimientos
·
Alteraciones del sueño (especialmente pesadillas)
·
Cambios en el apetito (aumento o disminución)
·
Hiperactividad
·
Trastornos del lenguaje
·
Ideas suicidas (expresión de no querer vivir más)
Como indicadores en la esfera
sexual son comunes los siguientes:
·
Rechazo de las caricias, besos y contacto físico
·
Conductas de seducción, especialmente en las niñas
·
Masturbación frecuente en presencia de otras personas
·
Interés excesivo por juegos sexuales que no son acordes con la edad
·
Interés exagerado por los comportamientos sexuales de los adultos
·
Tocamientos o intentos de tocamientos de los genitales de otras personas
·
Confusión sobre la orientación sexual
¿Qué consecuencias tiene el abuso sexual?
Las consecuencias varían de acuerdo con la
edad del niño, niña o adolescente víctima del abuso, con la manera de afrontar
en la familia la situación, con la reacción de los adultos cercanos y con el
hecho de si el abusador es cercano a la víctima o a la familia.
Hay efectos a corto plazo, que son los que
ocurren en los dos años siguientes al abuso, y efectos a largo plazo, que son
los que ocurren de ahí en adelante. El 20-30% de las víctimas permanecen
estables emocionalmente después de la agresión; 17-40% sufren cuadros clínicos
establecidos y el resto tiene síntomas variados.
Algunas de las consecuencias a corto plazo que tiene el abuso sexual son las ya
mencionadas como indicadores.
Algunas
de las secuelas a largo plazo descritas
en víctimas de abuso sexual son:
·
Dolores crónicos generales
·
Hipocondría
·
Problemas gastrointestinales
·
Trastornos de la conducta alimentaria, especialmente bulimia
·
Intentos de suicidio
·
Consumo de alcohol o drogas
·
Desconfianza
·
Miedo y hostilidad hacia el agresor o familiares
·
Abandono del hogar o conducta antisocial
·
Sentimientos de vergüenza o culpa
·
Baja autoestima
·
Ansiedad, angustia y depresión, que pueden llevar hasta el suicidio
·
Trastornos de personalidad
·
Estrés postraumático
·
Problemas en las relaciones antipersonales
·
Aislamiento
·
Dificultades en el acompañamiento a los hijos
¿Qué hacer?
Según Maggie
Escartín, experta internacional en el abuso sexual infantil, lo primero es darse cuenta de que la
prevención es una tarea de los adultos y no de los niños. Con la afirmación
anterior es necesario entender que la prevención del abuso
sexual de niños, niñas y adolescentes es la mejor opción y es responsabilidad
de los adultos, procurándoles lugares seguros y compañía de personas
confiables. Las siguientes son algunas recomendaciones para prevenir el abuso
sexual contra niños, niñas y adolescentes:
·
Conocer el ambiente en el que se desenvuelve el niño, niña o adolescente
(familiares, vecinos, amigos, institución educativa)
·
Mantener una buena y permanente comunicación con los niños, niñas y
adolescentes, brindándoles información pertinente acerca de los diferentes
tipos de abuso sexual
·
Vigilar y conocer prácticas y juegos de los niños, niñas y adolescentes
·
Enseñar números telefónicos de familiares y personas confiables
·
Procurar no dejar a los niños, niñas y adolescentes solos o permitir que
estos salgan solos a la calle
·
Fomentar el autocuidado y la autoprotección: nadie tiene derecho a
tocarme, puedo expresar lo que siento, tengo derecho a decir no
·
Incentivar a los niños, niñas y adolescentes a pedir ayuda y hablar de
sus experiencias sin temor a ser juzgados, evitando así situaciones que los
puedan poner en peligro
·
Fortalecer la autoestima del niño, niña o adolescente
Cuando la prevención no ha sido exitosa, escuchar
y creerle a la víctima es obligación de todas las personas que sospechen o
conozcan un posible delito sexual, las cuales tienen la obligación de ponerlo
en conocimiento de las autoridades competentes o personas que puedan brindar
instrucciones adecuadas del proceso que se debe seguir, el cual debe incluir
como parte inicial e ineludible la separación de la víctima del posible
agresor.
Lecturas recomendadas:
Cuadros I. (Save
the Children). Manual básico para el
diagnóstico y tratamiento del maltrato infantil. Bogotá: Save the Children;
2009.
Mejia P. (Save
the Children). Prevención del abuso
sexual infantil: guía para la familia. Bogotá: Save the Children; 2009.
Finkelhor D. Victimología infantil. En
Sanmartín J (coordinador). Violencia
contra niños. 4ª ed. España: Ariel; 2008: 153-224.